El transporte y la logística son dos motores fundamentales del desarrollo económico y social. Sin embargo, su impacto va mucho más allá del plano comercial haciendo que, en los últimos años, su objetivo vire hacia el adecuado empleo de los recursos naturales de los que dispone.
El sector se encuentra en una encrucijada. Mientras hace frente al imparable crecimiento de los flujos de mercancías, impulsados por tendencias como el e-commerce o la omnicanalidad, la infraestructura que sostiene sus mecanismos empieza a evolucionar para ajustarse a un requerimiento ineludible: el cuidado del medioambiente.
Actualmente, el transporte representa aproximadamente el 64% del consumo mundial de petróleo, el 27% de todo el uso de la energía y el 23% de las emisiones mundiales de dióxido de carbono.
Por ello, repensar y modernizar el tránsito mediante la implementación de cambios estructurales y operativos se ha vuelto imperativo para transformar las externalidades negativas en impactos positivos.
Un pulso a las previsiones
Cuando en 1972 Naciones Unidas abordó por primera vez los problemas climáticos derivados de la actividad humana, la población mundial rondaba los 3.800 millones de personas.
Hoy en día, esa cifra se ha más que duplicado hasta alcanzar los 7.800 millones, con la previsión de alcanzar los 9.900 millones para 2050. No es sorprendente, por tanto, que las predicciones indiquen que el transporte se duplicará entre 2005 y 2050, con un número de vehículos que se triplicará o cuadriplicará, particularmente en los países en desarrollo.
Teniendo en cuenta que el transporte representa el mayor uso final de la energía en los países desarrollados, estos números apuntan a la importancia de reevaluar y rediseñar los sistemas de la industria. Solo así, señalan los expertos, se pueden satisfacer las necesidades de cientos de miles, si no millones, de personas.
El momento óptimo
Nunca ha habido un mejor momento para reducir la dependencia industrial de los recursos naturales.
Los precios del petróleo, la gasolina y la energía en general se están disparando día tras día. Mientras tanto, el mundo está experimentando los efectos mortales del cambio climático en forma de olas de calor, sequías e incendios forestales, impactos que solo se intensificarán a medida que aumentan las emisiones y las temperaturas.
Por ello, como el mayor consumidor de petróleo del mundo y uno de los principales emisores de CO2, reinventar el sector es clave para cortar los lazos con la sobreexplotación de los recursos naturales.
¿Qué se está haciendo en Europa para abordar estos desafíos?
La necesidad de un transporte fiable y sostenible ha estado en la agenda internacional durante los últimos cincuenta años. El Plan de Acción de Estocolmo de 1972 destacó la necesidad de buscar alternativas para satisfacer las crecientes demandas. Sin embargo, no fue hasta la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Medio Ambiente y Desarrollo de 1992 en Río de Janeiro que los líderes mundiales reconocieron el papel del transporte en el desarrollo sostenible.
Desde entonces, se han producido una serie de cambios que han llevado al Parlamento Europeo a respaldar recientemente el objetivo propuesto de lograr cero emisiones de los vehículos y furgonetas nuevas para 2035.
Si los Estados miembros también están de acuerdo, esto significará una importante disminución de las emisiones generadas en las carreteras europeas durante las próximas décadas.
Así mismo, la Estrategia de Movilidad Inteligente y Sostenible también contiene objetivos relacionados con el apoyo a modos de transporte más sostenibles.
¿Qué hacemos desde Sama Home?
Como parte de nuestra política de calidad y medioambiente, en Sama Home dirigimos nuestra mirada al compromiso con el planeta a través de una declaración de políticas en la que el adecuado uso de los recursos naturales – y el fomento de un empleo racional de los mismos -, tiene un especial protagonismo.
En esta línea, nuestras operativas siguen la evolución natural del sector, donde el uso de carburantes menos contaminantes y una concienciación clara de favorecer nuestro entorno son protagonistas.
Así mismo, extendemos este compromiso más allá de nuestra labor, implicando también a todos nuestros proveedores y clientes en esta, que promete ser el reto del siglo XXI para el sector.