Las mercancías voluminosas son un tipo de carga cuya producción, distribución y montaje llevan asociadas una serie de características que, por definición, hacen del coste un factor crítico para la supervivencia del sector.
En los últimos años, el coste de las materias primas se ha visto disparado. Al particular caso de la madera, cuyo precio ha subido un 400% desde el mínimo registrado en 2020, se han sumado otros elementos críticos para la producción.
A estas alturas, tras tres años acaparando titulares, la crisis de microchips y semiconductores sigue lastrando a muchas industrias, incluyendo a los fabricantes de electrodomésticos que, ahora más que nunca, ven reducidos sus márgenes.
Ante la variabilidad de los costes, resulta cada vez más crítico buscar nuevas vías que reduzcan la presión inflacionista, descargando la presión soportada por la cadena de suministro a lo largo de cada uno de sus eslabones.
Es, precisamente en esta batida, el marco en el que reluce el poder del transporte, dada su capacidad de reducir los costes fijos asociados a algunas de las actividades que acompañan a la industria de las mercancías XXL.
De ‘villano’ a ‘héroe’
Tradicionalmente, transporte y logística han sido concebidos como ‘el gasto a asumir’ por la mayoría de las empresas. Sin embargo, en los últimos años, la situación se ha transformado radicalmente.
La percepción de estas actividades como labores estratégicas ha centrado la atención de las agendas corporativas. Los costes logísticos han ido paulatinamente abandonando esa posición de ‘villano’ que acaparaba el 6,5% del volumen de negocio de las empresas, transformándose en el ‘héroe’ en el que muchas firmas confían para mejorar sus operativas.
Tal es su peso en el nuevo paradigma que, según las últimas previsiones recogidas en el Informe de presupuestos IT 2022 y estimación 2023, la logística y el transporte esperan aumentar su facturación hasta un 24,9%.
¿A qué se debe este cambio de imagen?
Desde que en 2020 se produjera el boom del ecommerce, las posteriores situaciones coyunturales que han marcado el devenir del mercado han obligado reenfocar los esfuerzos económicos.
El margen coste-beneficio ha llegado, en ocasiones, a resultar deficitario, poniendo en riesgo la supervivencia de las empresas. Por ello, dado su efecto directo en esta cuenta de resultados final, la cadena de suministro, concretamente el transporte, han cobrado una nueva relevancia.
El papel de la distribución XXL frente a los costes fijos
Inmersos en un entorno volátil e incierto, la forma más efectiva de hacer frente a los costes variables ha pasado a ser, precisamente, mirar a los costes fijos, optimizando cada uno de los campos incluidos bajo este epígrafe.
En este sentido, el transporte especializado en la distribución de mercancías voluminosas se ha convertido en un ejemplo claro de cómo, a través de una operativa bien diseñada, confiando en expertos en la materia como Sama Home, se puede reducir e incluso eliminar la necesidad de invertir en costosas infraestructuras y recursos que restan competitividad a las empresas.
Tres costes optimizados gracias al transporte
Hablar de costes en la cadena de suministro de los productos voluminosos es hablar atomización. Existen tantos gastos como actores implicados en esta y, por tanto, son múltiples los aspectos en los que el transporte puede aportar su granito de arena.
- Costes de almacenamiento: la planificación es clave en la reducción de los costes fijos y, sin duda alguna, uno de los que más peso tiene en la cuenta de resultados final es el almacén. Un transporte eficiente, flexible y especializado evita retrasos y problemas y, con ello, el sobre estocaje de mercancías que, en el caso de los productos XXL, es más crítico, al requerir de un mayor espacio.
- Costes energéticos: la telemática y los sistemas de gestión de flotas ayudan a reducir otro de los costes fijos en cualquier cadena de suministro: el combustible. Esencial para el transporte a media y larga distancia, este gasto se ha visto incrementado en los últimos años, volviendo esencial el hecho de contar con profesionales que, con el apoyo tecnológico, reduzcan las distancias, optimicen las rutas y mejoren su planificación, minimizando el gasto destinado a esta partida.
- Costes de distribución: en el particular caso del transporte de mercancías voluminosas, a más productos, más vehículos hay que poner a disposición. Sin embargo, esto no tiene porqué ser siempre así. La optimización de los espacios dentro de camiones y furgonetas, llevado a cabo por profesionales en la materia, hace de cada metro una fuente de beneficios y, paralelamente, de reducción de costes.
En suma, cada uno de estos aspectos, refuerzan y respaldan el papel del transporte especializado, reduciendo la carga soportada por las empresas a través de sus cadenas de suministro y ampliando unos márgenes de rentabilidad cada vez más limitados.